El mejor lugar para un bebé que está llorando son los brazos
de su madre, sugieren unos investigadores.
Cuando las
madres cogen a los bebés inquietos en sus brazos, ellos experimentan una
reacción calmante automática, aseguraron.
Este efecto
evolucionario, visto tanto en los ratones como en las personas, refleja un
conjunto coordinado de regulaciones centrales, motoras y cardiacas, según el
estudio, que aparece en la edición del 18 de abril de la revista Current Biology.
También
podría ayudar a explicar porqué los bebés que están calmados comienzan a llorar
inmediatamente dejan de tenerlos en brazos. Este conocimiento podría ayudar a
aliviar la frustración de los padres, y a prevenir el abuso infantil, aseguraron
los investigadores.
"Desde los
humanos hasta los ratones, los bebés mamíferos se calman y relajan cuando sus
madres los cargan", aseguró en un comunicado de prensa de la revista Kumi
Kuroda, del Instituto de Ciencias Cerebrales RIKEN en Saitama,
Japón. "Esta respuesta infantil reduce el esfuerzo que la madre siente al llevar
al bebé en brazos, y es beneficiosa tanto para la madre como para el
bebé".
Cuando los
bebés están en brazos de sus madres, tienen más probabilidades de sobrevivir,
señalaron los investigadores. Mientras tanto, las madres prefieren mantener a
sus bebés calmados y relajados. Es una situación beneficiosa para ambos,
enfatizaron los investigadores.
Kuroda notó
la misma respuesta calmante en los ratones de su laboratorio. "Cuando agarraba a
las crías por la piel de la espalda, suave y rápidamente como hacían sus madres,
inmediatamente dejaban de moverse y se hacían compactas. Parecían estar
relajadas, pero no totalmente flácidas, y mantenían las extremidades
flexionadas", comentó. "Esta respuesta calmante en los ratones parecía similar a
la calma que experimentan los bebés humanos cuando sus madres los
cogen".
Al estudiar
la respuesta de los bebés humanos cuando sus madres los cargan, los
investigadores hallaron que sus frecuencias cardiacas se hacían más lentas de
inmediato cuando sus madres los cogían en brazos. También dejaban de moverse.
Usando unos minúsculos electrodos cardiacos, se halló la misma respuesta en los
ratones. También se detuvieron los llantos ultrasónicos de las crías de
ratón.
Los autores
del estudio dijeron que ciertas áreas del cerebro y del sistema nervioso son
esenciales para coordinar esta respuesta al ser cogido en
brazos.
Los
hallazgos son muy relevantes para la crianza, y podrían desempeñar un rol en el
desarrollo de estrategias para prevenir el abuso infantil, plantearon los
investigadores. Comprender el llanto desde la perspectiva del bebé podría
aliviar la frustración, dijeron. Cuando los padres se sienten menos frustrados,
es menos probable que haya abuso infantil.
"Una
comprensión científica de esta respuesta infantil evitará que los padres
malinterpreten el reinicio del llanto como la intención del bebé por controlar a
los padres, como sugieren algunas teorías de la crianza, como el tipo de
estrategia de dejar que el bebé deje de llorar solo", apuntó Kuroda. "En lugar
de eso, se debe interpretar este fenómeno como una consecuencia natural de los
sistemas sensoriomotores del bebé"